Es como una crema un poco más compacta que la nata con aroma a vainilla y canela... Y para mi la mejor, por supuesto, es la que hace mi padre.
Es fácil de acompañar... pero siempre con sabores suaves para que no tapen el sabor de la panna cotta. Con un sirope suave de fruta (el de la foto es de fresa) o de chocolate caliente...
- 12 hojas de gelatina
- 500 ml de nata
- 250 ml de leche
- 200 g de azúcar
- 1 cdta de azúcar avainillado
- vaina de vainilla
- rama de canela
Ponemos las colas de pescado o hojas de gelatina a rehidratarse en un cuenco con agua tibia.
Mezclamos en un cazo la leche, la nata, la canela y la vaina de vainilla. Cocemos la mezcla a fuego lento hasta q veamos q los líquidos han tomado el sabor de las especias (hay que dejar hervir unos minutos a fuego suave y revolviendo).
Escurrimos las hojas de gelatina y las incorporamos al fuego con la mezcla. Revolvemos hasta integrarlas y dejamos en el fuego sobre 3-5 min. más.
Apartamos del fuego y colocamos en molde o moldes.
Podemos realizar un único postre, o como yo, colocarlo en porciones individuales.
Se puede acompañar de caramelo, mermelada, chocolate... Pero os invito a que lo probéis sólo, es una textura y un sabor extremadamente suave y muy especial.
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